Conocida en su titulo al castellano como “Los falsificadores”, es una película de época de manufactura austro-alemana que nos relata la historia de unos judíos con mucha suerte (¿?) cuando son prisioneros trabajadores bajo el yugo de los maléficos alemanes (uuuUY los AlemaanEs), Cabe destacar que la historia esta basada en hechos reales, y poniendo esto en el contexto de la segunda guerra mundial ya sabemos muy bien que podemos esperarnos ¿verdad?
Efectivamente de nueva cuenta la crudeza de las humillaciones entre el prójimo nos demuestran que la maldad e incongruencia humana no conocen límites racionales. Es obvio que veremos decenas de escenas donde nos sentiremos muy incomodos por los actos grotescos e inhumanos de los que son victimas los prisioneros judíos, pero esta película va un poquito mas lejos... ¿Qué pasa cuando la intolerancia se da incluso dentro de un mismo grupo de gente oprimida? es muy tonto querer criticar esas acciones ya que para llegar a esos niveles de poca cordura me imagino que primero se tiene que haber pasado por un proceso inusualmente doloroso. Entonces viendo esta historia lo que mas nos estremece es pensar en el hecho de que si uno estuviera en esa situación no sabría exactamente de que lado ponerse ¿o si?
Un grupo de judíos con diferentes aptitudes es seleccionado por los alemanes de entre los demacrados prisioneros de diversos campos de concentración para que vayan a trabajar en una tarea secreta, dicho proyecto es de vital importancia para el éxito del imperio Nazi en la guerra, la mayoría de los reclutados tienen algo que ver con el negocio de la falsificación y la imprenta. Hay ventajas al trabajar en esta tepitera tarea; tienen camas más cómodas, mejor comida, ropa limpia, agua caliente, plaan dentaaal (Lisa necesita frenos), musiquita agradable, cigarros, fiestas, etc. Que buena suerte la de estos amigos judíos ¿no? pero ¿y Qué pasa con los demás? Pues sencillamente siguen reduciendo su existencia a demacradas figuras esotéricas que remedan esbozos de lo que alguna vez fueron seres humanos.
El final es impactante (tenía mucho que una película no me hacia soltar la lagrimita) aunque no es tan fuerte como el de la cinta biográfica del Señor Oskar Schindler, pero aun así te cala de manera especial el corazón. Sin embargo podemos decir que de alguna manera es también un final feliz, lo cuál no debemos de reprochar del todo ya que recordemos que la historia esta basada en hechos reales, y después de haber presenciado una vida tan desafortunada, el tener un tierno baile con una mujer hermosa a las orillas de una playa en Montecarlo es lo mínimo que se puede pedir. ¡Excelente película!