Ayer después de una maratón insana del programa “1000 maneras de morir” el Prk decidió que era buena idea ir a caminar por el centro a ver que veíamos, hace ya un buen rato que no salía así que pensé que sería productivo. Deambulamos fuera de varios antros nuevos con las más diversas propuestas culturales; desde los salseros secretariales hasta los disque fresas e intelectuales, acabamos en un antro “rockero” muy simpático y extremadamente bizarro.
En dicho bar había una banda de rock de unos pubers que tocaban puros covers, y pues creo que les faltaba un poco de maña pero lo querían compensar con esfuerzo y pues bueno... le echaban ganitas, aunque la verdad es que muchas rolas parecía que las estuvieran cantando en Güaraní como diría Tortu. Ahí se dio un brainstorming bien enfermo de ídeas y güiones chistosos para el proyecto que traemos entre manos. Me reí como tenía años de no hacerlo, hasta terminé con dolor de abdomen y todo el pedo. Y pues desafortunadamente no pude cumplir ni un mes sin tomar, pero fueron unas peques chelitas que no cuentan.
Inevitablemente llegamos a la plática de todos los amiguitos musicales que pudieron llegar a haber sido y por cuestiones de responsabilidad no pudieron. Y no me refiero a los rockeros eternos que por circunstancias ajenas nunca pudieron triunfar en telehitler o algo así, Sino más bien la gran cantidad de peques (aja, así como 10 años menores que nosotros) que en realidad son extremadamente buenos interpretes en sus instrumentos y que deciden dejar la artisteada para dedicarse mejor a algo “más serio”. Comentamos de varios de esos chavitos que ahora ya están trabajando en empresas transnacionales, viviendo en el extranjero y ganando buena pasta. Y pues que chido por ellos… pero en serio que eran (son) muy buenos músicos. Nos dimos cuenta que en la mayoría de los casos se debía a la influencia de los papás que de seguro les decían “chido su desmadre mijo, échele rockandroll pero terminando la Uni a trabajar en serio”, aparentemente les hicieron caso. Claro que hay otros pequeños que siguen en el rockandroll y pues ahí los sigues viendo cada fin de semana con la misma banda en los mismos lugares.
Hay proyectos que pudieron haber dejado un legado musical muchísimo más rico y que sin embargo simplemente ya no siguieron, en contraparte hay también otro puñado de bandas puñeteras que ahí siguen subsistiendo y tocando lo mismo de siempre (como CODA y su súper rola de: “aaaaaauuuuuun teee aaaaamooooOoOOoOO”, que lastimosamente me sorprendió que hasta las nuevas generaciones se supieran esa rola… ¿qué pedo?).
Pero supongo que así es esto de la selección natural; unos deben de ser mugrosos solo en una pequeña etapa de su vida, otros morirán siéndolo, algunos encontrarán cosas mejores que hacer, otros nunca encontrarán lo que buscan aunque cambien su identidad cultural, en fin. Me tranquiliza de cierta manera ver como algunos elementos de las nuevas generaciones se siguen aferrando a conceptos culturosos de la vieja guardia, por ejemplo ver ayer que una jovenzuela entendiera a la perfección el gag de “el baño más sucio de escocia” fue algo que me dejo gratamente impresionado, más cuando probablemente ella ni siquiera había nacido en ese entonces.
Y para seguir con eso de los proyectos que nos quedaron a deber les dejo este video (no oficial) de The Postal Service. Ayer al llegar a uno de los bares me percaté que estaba una rola de esta banda y me puse de buenas.
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