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8.12.12

Dilemas mamarrachos en D.C.

Soy una persona que suele llamarse complicada, aunque siendo bien honestos puedo decir que simplemente tengo pedos mentales y ya, parte porque me gusta complicarme las cosas, y parte porque sufro las consecuencias de una infancia con excesivos indicios de obsesividad compulsiva (no, no dije obesidad), y el día de hoy turisteando en esta ciudad gringa es que pude constatar algunas de esas bizarras costumbres que he decidido adoptar (muchas veces de manera inconsciente e inexplicable).

Están todos bien emocionados tomandose fotos en todos los lugares importantes a los que vamos, mientras yo solo me quedo pensando: que hueva estar tomando fotos de lugares famosos, estoy seguro que con una búsqueda rápida en internet puedo encontrar unas fotos bien matonas de los mismos lugares y hasta usarlas de wallpaper, entonces... ¿Por qué molestarme para hacerlo?. Otros dicen que eso no es argumento válido porque en ninguna de esas fotos salgo yo, y de nuevo pienso: ¿y qué tiene que no salga yo?, como le he dicho a todo mundo... Yo me veo frente al espejo casi todos los días (más por necesidad que por convicción), entonces ¿qué es lo emocionante de verme en una foto?, y aquí las respuestas son muy variadas... Hay desde los que dicen que es para demostrar que he estado en algún lugar (no me interesa demostrarle nada a nadie), otros dicen que para "recordar experiencias" (tengo muy buena memoria), y uno que otro asegura que es simplemente para colección personal. Mi respuesta a todos fue que sí quisiera tener fotos de todos los lugares a donde he ido con mi espantosa presencia en primer plano... Simplemente aplico un photoshopazo y listo. No todos se convencen de mis argumentos, pero insisto... No me interesa lograrlo.

El día de hoy me desperté 15 minutos más tarde que de costumbre, algo de momento me molestó, ¿que pedo?, me moleste conmigo mismo por no despearme a la misma hora de siempre, jajaja, aunque hay una diferencia de horario de una hora, así que después de todo ya no me sentí tan mal, jeje, me bañe con agua fría para que no resintiera tan gacho el frío (otra de esas ideas locas que tengo de que bañarase con agua fría hace mejor) me puse mi camisa térmica que nunca uso (sólo en temperaturas inferiores a los 4 bajo cero), y salí en busca de desayunar. Lamentablemente lo único que vi abierto ahí enfrente fue un Starbucks, así que me conforme con un muffin de moras azules y un te chai(ro). Pero no estaba nada contento de no comer lo que por hábito me desayuno siempre (casi a punto del stress jaja). Así iba con mi vaso en una mano y el muffin en otra caminando hasta que encontré un restaurante/stand esquinero donde vendían fruta, en ese momento me puse feliz y corrí a por una manzanita, una banana y una botella de agua. El centurión pichó los snacks.

Todo el día recorrimos los lugares más famosos y representativos de esta ciudad tan neat. Urbanísticamente hablando es un agasajo visual. Y más agasajo es ver a los cientos de personas corriendo, ya se que siempre digo lo mismo de todos los lados a donde voy, pero en serio que acá hay muchísima gente ejercitando con esta bonita actividad, pero cañón cañón, es más, me atrevo a asegurar que en ninguno de los lugares donde he estado he visto tanta gente correr como aquí. Mucho muchacho galán modelo de revista (gay...jaja) y mucha niña guapísima corriendo, sin dejar de lado a los viejitos y a varias decenas de perritos. Y es que imagine se correr diario frente al Capitolio y la Casa Blanca... Así bien casual. Me arrepiento de no haber traído mis cosas para correr, y es que pensé que no tendría tiempo de salir. Algo que me ha puesto muy de buenas es ver que hay un gran surtido de ropa para corredores hombres, no es como en México que lo único surtido que hay es pa morras. Así qué espero ya con ansias poder entrar a una tienda de ropa deportiva y elegir un par de cosas. De hecho ya tengo las direcciones de los lugares a los que quiero ir en NY.

Llegando al museo del espacio vimos que la única opción culinaria era un mega McDonalds, después de toda la caminata del día decidí que no me haría daño comerme un cuarto de libra doble (o sea media libra, ¿no?), y así lo hice... Y como estoy en mi obsesión esa de no tomar refresco, la acompañe con un vasote de powerade rebajado con agua natural, jajaja, hace un mes no hubiera tenido ni un solo pedo en tomarme un vasote de coca light, pero les digo que mis obsesiones bizarras me llevan por rumbos tontos, jaja.

Otra de las grandes filias que tengo es la de a huevo estar sólo mínimo una media hora al día, sabría que era algo complicado por la gran cantidad de gente que tengo que andar coacheando, pero al menos hoy lo logré; después de comer acordamos de vernos en la entrada dos horas después, así todo mundo visitaría el museo como mejor le acomodara, yo ni tardo ni perezoso me enfile hacia la sala imax, compre un boleto y me metí en friega, jejeje. Vi la película 3D del Hubble (narrada por Leonardo Di Caprio), escenas perronas... Y lo mejor de todo...sólo. Ya después tuve que regresar al bullicio del grupal.

Regresando a lo de las fotos; sí que he tomado fotos, pero no necesariamente de los lugares famosos ni de yo en algún lado (ni mucho menos de las morras corredoras, que aunque estaría bueno, no quiero que me golpeen o me metan a la cárcel por depravado, además que usando la misma lógica; una búsqueda rápida en Google serviría con el objetivo más fácilmente, ¿no creen?). No, las fotos que he tomado son de lo más random, creo que simplemente las tomé por que sentí las ganas de hacerlo y punto, así como estas...








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