Me gustan los documentales porque la mayoría dejan mensajes que ó te hacen reír como loco ó te dejan pensando un buen rato después de apagar la tv. Pero el documental que les traigo esta vez ha hecho que me ponga sentimental y hasta he soltado unos lagrimeos como Remy, y eso es harto patético ya que el documental trata simplemente de la vida de unos programadores de videojuegos en la escena independiente, ¿Cómo es que algo así de geek y bizarro pueda tocar las fibras internas de este changuito?, pues no lo se, pero así fue.
Mucho se ha dicho de los videojuegos hoy en día, bien se sabe que es una industria millonaria (superando ya a la del cine), por todos lados hay publicidad de jueguitos para diferentes consolas, hay cientos de eventos masivos sociales en todo el mundo en torno a esto, y podemos considerarlo ya como una parte importante en la sociedad y la economía de hoy en día. No es de extrañar que existan aún muchos detractores del medio diciendo que eso es “solo para niños”, pero debido a la proliferación de pocket games en consolas más accesibles al usuario común esto se va desmitificando poco a poco (jueguitos en iPhone, iPod, Android, etc.) Este ambiente ha crecido tanto que ya no podemos encasillarlo todo en el mismo lugar, bien dicen que hasta entre developers hay razas (como los perros, aja).
En este bonito viaje audiovisual vemos la vida cotidiana de los desarrolladores de juegos independientes, que es muy diferente a la de los programadores de grandes juegos; no son millonarios, no son exitosos, y de hecho algunos de ellos ni coches tienen. (Mas bien; no tenían, ya que el documental se graba cuando ellos están en pleno proceso de producción, y hoy en día son muy exitosos debido a que sus creaciones ya están en venta)
¿Por qué habríamos de ponernos chípil con esto?, pues es que analizando bien la manera en como reaccionan los ñoños estos a sus diferentes problemas nos damos cuenta de que son unos niñotes con problemas (papas divorciados, los deja la novia, no tienen dinero, son antisociales amargados, auto enclaustrados en su mundo, etc.) Y podemos confirmar así que la inteligencia lógico-matemática no esta para nada relacionada con la inteligencia emocional/social. Son personas muy complejas, neuróticos sociópatas pero con mucho corazón en lo que hacen, y valiéndoles un pepino el mundo exterior se concentran en programar el siguiente nivel de su jueguito, que sin importar que tan difícil sea siempre resultará ser más sencillo que el mismo juego de la vida.
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