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13.5.12

Exit Through The Gift Shop

Este es un documental que tiene muchas virtudes, es tan único y especial que debería ser parte de la canasta básica de mentes inquietas y respondonas. La manera en como se narra la historia, las imágenes tomadas sin ninguna aparente intención especial (mas que el “estar ahí”) hacen de esta película una experiencia muy agradable. Por algo fue nominada al Oscar como mejor documental. Pero vámonos por partes.

¿De qué trata?, sencillo, es un documental que pretende darnos un tour en primera persona de como funciona el street art en varias partes del mundo. De la mano de un camarógrafo francés aficionado podremos imaginarnos qué es lo que sienten los adictos al graffiti y demás artistas callejeros al llevar acabo sus obras quasi ilegales. Pero eso no es todo…

A medida que la película va avanzando nos damos cuenta de que en algún punto no solo estamos siendo testigos de las aventuras locas de artistas callejeros, sino que podemos ver como este tipo de arte se filtra a las esferas políticas y sociales menos esperadas. Y cuando menos nos damos cuenta… boom!, estamos en medio del puerco sistema de los “medios masivos de comunicación”, la filtración (o mutación) es tan gradual que cuando reaccionamos ante lo que acabamos de ver nos quedamos boquiabiertos sintiéndonos ultrajados, y lo único que sale de nuestra incrédula boca es un: qué hijo de puta…

Pero no es un pedo trágico, al contrario, es muy humorística, mucho más por el (no intencionado) mensaje de que no importa que tan rebeldes y contraculturales sean las personas… al final la mayoría moverán el trasero al ritmo que toque el señor dólar. Es en este documental donde podemos ver a las mentes maestras de marcas icónicas del arte popular.

¿Han visto las gorras y publicidades que dicen “OBEY”?… bueno, es romántico pensar que eso alguna vez tuvo un origen contracultural artístico en el centro de L.A., y ahora sirve simplemente para adornar las cabecitas de niños totalmente palacio. Pero no se sientan mal eh, porque si el mismo creador de dicho mote gana ahora millones de dólares trabajando para compañías transnacionales de publicidad, entonces quiere decir que algo sabe hacer muy bien el muchacho (incluyendo la famosa imagen rojo-azul-negra que utilizó el Señor Obama en su carrera por la presidencia).

Lo mejor de todo es el final, que aunque no deja de ser un documental… nos da un “what a twist!” al mejor estilo del director Shyamalan. Y entonces es cuando inevitablemente te tienes que parar a aplaudir como loco (aunque estés solo en tu casa). ¡Es su deber conseguirla!

1 comentario:

Anónimo dijo...

cool y recool :D