Efectivamente, otra temporada de fiestas navideñas ya se deja ver en los templos propios de la festividad (los centros comerciales) y no, este año no rantearé contra el consumismo y esas cosas, total... cada quien sabe que hacer de su vida. Además de que de una cierta forma yo también soy un consumista medio enfermo a veces, pero sólo a veces.
Cuando he pasado las navidades en lugares donde no hay frío siento que en realidad no estoy viviendo esa temporada, es como si ese año no hubiera habido navidad, y de alguna forma siempre he preferido eso. En años anteriores he pasado esa fecha ya sea en Argentina o en Cancún, y pues ahora viendo las cosas hacia atrás puedo decir que fueron buenas vacaciones, mucho tiene el hecho de no tener que soportar una gran cantidad de camionetas con cuernos y narices de renos, además de que los adornos de temporada son menos wannabe gringos (aja, incluso en Cancún).
En Buenos Aires en diciembre siempre hay un golpe de calor fuertísimo, lo cuál es una excelente oportunidad para ir caminando a los gelatos Freddo mas cercanos (si esa franquicia llegara a México sería un arduo consumidor) para después posiblemente terminar comiendo un buen plato de gnocchi o de tarta casera, y para el bochorno del calor nocturno (en serio hace muchísimo calor) no hay nada como salir al balcón con un litro de chela y observar a la gente vivir su vida. Pero como les decía; lo mejor de todo es que no te sientes en navidad, al menos no como yo siempre la he asimilado.
En la época decembrina hay un montón de fechas que conmemoran cosas sin sentido, tal vez lo único significativo sea el solsticio de diciembre pero de ahí en más… pura fecha pagana, hasta los cumpleaños decembrinos son tontos. Lo peor es que tooooda la gente se tiene que subir al barco de “la buena fe”, como si el resto del año fueran igual de amables y desinteresados, ches hipócritas… jajaja, oops, dije que no iba a rantear y ya empecé, jaja, perdón... es que es inevitable que ese lado mio salga a la menor provocación. =P
Pero no todo lo que tenga que ver con esa fecha es malo, de hecho hay dos cosas que me encantan de la navidad, sólo dos: las tortas de pavo recalentado (con relleno NO picoso y toda la onda) y los video-comerciales del oso Bolo de Liverpool (en serio eh).
Y para mi deleite ya salió el comercial de este año ¡yeiy!, observen como la sucursal de Liverpool que aparece es la nueva de Paseo Interlomas en el Estado de México, es una estructura única y fenomenal, una verdadera obra de arte del arquitecto rockero sateluco mexicano Michel Rojkind (uno de los mejores del país, y es que aparte de ser un artista en la arquitectura también lo es en la música, es un buen baterista). Él también tiene a su cargo el restyling que le están haciendo a la cineteca nacional (que esta quedando impresionante, tendré que ir pronto).
Debido a sus comerciales del oso Bolo es inevitable que en estas fechas vaya a su tienda y compre cosas con su mugre tarjeta departamental ¿ven como por muy amargado que uno sea siempre acaba cayendo en el puerco consumismo?, creo que se debe a que después de todo no soy tan grinch como yo creí que era. =)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario