¿Que saben ustedes sobre Mauricio, Bután, Myanmar, Yibuti, Palau o Qatar? Yo, la verdad, ni puñetera idea. Los países no son tan numerosos como para no conocer por lo menos de su existencia, sin embargo muchos no sabemos ni donde están los anteriores y algunos otros, ni que lengua hablan, o tenemos la duda de si los habitan personas o monstruos comegalletas. De los símbolos patrios ni hablamos, podríamos toparnos con su bandera en plena calle y pensar que se trata de un cuadro abstracto o de una mamarrachada de grafitero. En esta era del posicionamiento y la mercadotecnia es imposible no darse cuenta que la imagen lo es todo, o casi todo. Por eso en mi afán humanista y filantrópico, con el fin de ayudar a que estas naciones perdidas en el inconsciente colectivo reclamen su primacía en el mundo me he puesto a la tarea de proponer el rediseño de sus banderas con el fin de que sean fácilmente reconocibles por los profanos como yo y así permitirles dar el primer paso a la integración global y por lo tanto a su despegue económico, cultural, político y social. Con esto, seguro paso a la historia. Aplausos.
