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1.5.05

OMNES VULNERANT, POSTUMA NECAT


Cuando la canción termino, apuro su copa y salió de prisa, la puerta del bar se cerro tras sus pasos , entonces se dio cuenta que aun llovía. Bajo con sueño la calle empantanada, arrastrando los pies para empantanar aun mas sus ideas, callo de bruces al doblara la esquina y entonces decidió que era lo correcto, y que aunque no fuese así era la única salida, se apoyo torpemente contra la pared y su rostro volvió a besar la acera , su determinación creció con la humillación y la impotencia , con un salto de gato logro levantarse , ensopado ahora no con el lodo si no con un odio nuevo, recién descubierto , sediento de fuga.

Recogió su sombrero y con las manos empuñadas siguió caminando hasta que la noche lo trago y ni el mismo pudo encontrarse. Tres horas mas tarde volvió, los ojos rojos aun no regresaban a sus órbitas , escruto violentamente con la vista el lugar, la detuvo un momento en cada mesa, como buscándose a si mismo, cerro los ojos y miro hacia sus adentros como para cerciorarse que su valor aun seguía vivo, fue entonces cuando saco el revolver y disparo tres veces, salió riéndose del bar, nadie lo pudo seguir pues nadie entendió lo que pasaba, y se dio cuenta que aun llovía.

Yo lo conocí cuando éramos niños , solíamos jugar en el parque del barrio todas las tardes después de la escuela , ya entrada la tarde caminábamos juntos hasta nuestras casas, estaban en la mima calle una frente a otra. Así pasaron muchos años , hasta un día en que yo fui a la escuela y el se quedo mirando por la ventana , era un martes de mayo y llovía, el tardo quince años en volver a salir de su casa .

Por la tarde cuando regresaba del parque me sentaba frente al escritorio de mi abuelo para hacer mis deberes , debes en cuando sentía su presencia , su mirada fija y fría en la ventana de enfrente, y cuando volvía la cabeza para mirar por la ventana el estaba ahí

Una tarde Estuve mucho tiempo frente al escritorio, con una hoja en blanco entre mis manos , afuera seguía lloviendo, de pronto entendí que el no volvería a mirar por la ventana pues estaba sepultado detrás de los cristales , guarde un minuto de silencio en su memoria y en señal de luto corrí las cortinas negras, cerrando para siempre esa ventana.

Quedo la casa, la calle y la ciudad atrás, y jamás volví a recordarlo, hasta aquella tarde que mis pasos me llevaron de vuelta y lo vi como siempre sentado detrás de su ataúd de cristal , su madre barría las ultimas hojas que sembró el otoño frente a su puerta, me acerque a saludarla y me respondió por mi nombre , me contó lo que siempre supe, que su hijos jamás salió de nuevo, y también me dijo que estaba loco, que una mañana se volvió loco, que desde aquel mayo en que la lluvia llego se había quedado ciego, que muchos psiquiatras lo vieron y llegaron a la misma conclusión, se volvió loco por la lluvia, y se quedo ciego para no tener que verla arrastrarlo todo.

Me aleje sin decir nada como tantas veces lo había echo, recorrí las mismas calles que años atrás anduve. Vagué con la mirada baja, con el pecho hundido, sin saber como me encontré en el viejo parque, arrastre los pies y me deje caer sobre una banca y llore por mi amigo.

Por sobre mi sombra las nubes negras se cerraban, deje la banca y busque algún bar, cuando lo encontré recordé que ahí mismo había estado la escuela, me senté en la barra y pedí una cerveza, en ese momento se abrió la puerta y lo reconocí, se sentó a mi lado sin decir nada.

Todos lo miraban porque sabían que era el loco de la ventana, y todos se reían, se burlaban de aquel infeliz que le temía a la lluvia , y vi en su mirada cuanto coraje, cuanta vergüenza había en el por no haber podido enfrentar sus miedos , y las burlas de la gente seguían , y el seguía mirando la barra, contemplando el tarro con cerveza que le había acercado, cuando la canción termino, apuro su copa y salió de prisa, la puerta del bar se cerro tras sus pasos , entonces se dio cuenta que aun llovía.

Bajo con sueño la calle empantanada, arrastrando los pies para empantanar aun mas sus ideas, callo de bruces al doblara la esquina y entonces decidió que era lo correcto, y que aunque no fuese así, era la única salida, se apoyo torpemente contra la pared y su rostro volvió a besar la acera , su determinación creció con la humillación y la impotencia , con un salto de gato logro levantarse , ensopado ahora no con el lodo si no con un odio nuevo, recién descubierto , sediento de fuga. Recogió su sombrero y con las manos empuñadas siguió caminando hasta que la noche lo trago y ni el mismo pudo encontrarse.

Tres horas mas tarde volvió, los ojos rojos aun no regresaban a sus órbitas , escruto violentamente con la vista el lugar, la detuvo un momento en cada mesa, como buscándose a si mismo pero no se encontró, cerro los ojos y miro hacia sus adentros como para cerciorarse que su valor aun seguía vivo, fue entonces cuando saco el revólver y disparo tres veces.

Salió riéndose del bar, nadie lo siguió, las carcajadas se escuchaban desde adentro, me levante y salí, y ahí estaba el, de rodillas entre el fango, sin sentir aun el dolor de los tres balazos que se había dado en el vientre. Nos miramos y el sonrió y yo me sentí orgulloso pues al fin había vencido sus miedos , nos despedimos sin decir nada y callo ya frío sobre el piso y siguió sonriendo pues era libre , cuando lo enterramos al día siguiente seguía lloviendo pero no importaba pues el ya jamás tendría miedo.
HOMERO

2 comentarios:

Laudanum dijo...

aplausos y alfombra roja, Homero se ha consagrado a mis ojos.

Unknown dijo...

no maaa, che Homer!!!
Excelso!!!
soy fan fan fan.
me imagine al bar como el 1810.
jeje, agur!