CAIN ERA MEXICANO

Que bonitas familias, me decía mientras miraba todo en la televisión, que ganas de tener un hijo y fomentarle esas practicas sociales de convivencia, ahhhhhhh, suspiraba lentamente, que orgullosos me siento de ser mexicano, me decía a mi mismo mientras me enjuagaba las lagrimas de emoción que me provocaban el ver a toda esa gente en perfecta convivencia, solo un pueblo como este “noble y generoso”, actúa así, de esta manera tan coordinada, como si la masa se tratara de un solo individuo, una sola fuerza iluminada por Dios mismo y en pos de una idea superior, ayudándose unos a otros, ya saben, cosas como: ¡hijito detenlo así! Si papa, tu agarra el bat¡.

Y no crean, me entro el arrepentimiento, yo que tanto critico a esta noble gente, a mis paisanos, me doy cuenta ahora de que soy un perfecto soplapollas, como lamento haber dicho alguna ves que el grueso de los mexicanos era una bola de indios, perfectos pendejos, zafios ruines y desalmados que te pueden dejar morir en la calle sin siquiera una mirada de piedad, insolidarios perros cainitas que solo encuentran unidad a la hora del linchamiento.

Pero no mas, hoy Dios o el diablo no se quien, ha puesto su mano en mi hombro y me a iluminado, ¿apoco no fue bello ver como se unía todo ese pueblo?, ¿Cómo convivían en esta época de desunión todas estas familias? , seguro ya todos lo vieron en la tele, pero para aquellos que non les contare que existen un pueblo de nombre san Juan IXTAYOPAN, aquí en México donde ayer, los credos, las militancias políticas, y toda diferencia dejaron de existir, lo que el mundo a perseguido siempre, se suscito en este pedacito de tierra desprendido del cielo, bastaron solo tres policías que tomaban fotos para una investigación y un buen samaritano que grito que eran secuestradores, y el milagro se hizo.

Todos acudieron a su llamado, oportunidad única de descargar su furia, su odio por su vida miserable y mediocre contra el mundo representado en esos tres agentes, desprenderse de miedos, temores, represiones, así los individuos estupidos formaron una masa aun mas estupida para lincharlos sin preguntas previas, a fin de cuentas en este país de mierda tirar la piedra y esconder la mano es practica diaria y desde niños se nos enseña a mascarar aun en el suelo al enemigo caído, escudados en el anonimato de la masa, aunque en solitario seamos unos perfectos maricones.

Pero que bonito, les contaba, ver como esa noble y sabia gente, algunos miles según se veía, les partía las entrañas a esos bichos de la AFI con los rostros sangrados y esa mirada de miedo suplicando por sus vidas, y ver como los quemaban vivos después, en verdad que despertaron de nuevo mi esperanza en el género humano. Modestos, como son los héroes, rechazaban tajantemente y sin arrepentimientos, que los hubieran asesinado, si no que simplemente hacían justicia y que servia de advertencia para el que quisiera cometer delito en su pueblito de mierda y que le hecho de que no fueran secuestradores si no verdaderos agentes trabajando y sin cometer delito era un hecho puramente circunstancial. Puntualización que sobraba para mi espíritu enaltecido de orgullo patrio, después de todo ¿que importan las leyes y la educación y la civilización y siglos de perfeccionamiento en las formas y en las normas sociales si por un momento un pedazo de humanidad encuentra la unidad perfecta, la acción simultánea en búsqueda de una causa común?

No estoy en contra de las maneras rudas de castigo, de la pena de muerte ni de los trabajos forzados, al contrario, hasta me parecería bien que se incendiaran algunas cárceles deliberada y periódicamente para librarnos de unos cuantos bichos, o que el ejercito masacrara a los maras salvatrucha por ejemplo, pero para todo existen formas, vías, maneras de hacer las cosas, para eso existe la autoridad y nuestra función es exigirle y vigilar el cumplimiento de las leyes o la modificación de las mismas, pero no su ejecución.

Puestos en un plano mas anárquico justifico inclusos a aquellos que realizan una venganza personal cruel y sangrienta, al padre que mata al tipo que violo a su hija por ejemplo, pero jamás a una masa cobarde que se escuda en la euforia colectiva, en la impunidad que confiere la manada idiota. Esto, como pasa siempre se olvidara en unos días, nadie hablara mas de ello y aquellos que fueron detenidos serán puestos en libertad por falta de pruebas o por que el ministerio público integro mal la averiguación o alguna pendejada de esas que ocurren siempre, y todo es pueblo de asesinos quedara tan tranquilo, con la conciencia limpia y educando a sus hijos para ser ciudadanos ejemplares.

Ixtlayoac, será un nombre que recordare, que tratare de no olvidar, pueblo generoso y valiente donde miles, incluso niños, hicieron justicia. Y aquí si generalizo, Hijos de puta todos, por que tanto o más viles que aquellos que masacraron a los policías son todos aquellos que estuvieron ahí para verlo sin hacer nada para impedirlo, ellos también son asesinos. Ixtlayoac, tierra de asesinos cobardes, les contare un secreto, es muy fácil ponerse machote cuando el orgullo esta en juego, cuando te retan o retas delante de una amigo, de una mujer o de te tu tribu o mejor aun cuando son muchos contra unos pocos, lo difícil es partirse la madre con dos huevos y por amor propio cuando estas solo, cuando nadie te ve y nadie esta ahí para aplaudirte o para limpiar tus heridas.

Me gustaría decirles que a todos ustedes, de una o de otra manera les llegara su turno, pero se que para la mayoría no será así, que no existirán consecuencias de sus actos y que lo único que puedo hacer yo es romperle los cuernos de inmediato y sin preguntas, como hicieron ustedes, a cualquier habitante de su puto pueblo que conozca alguna vez.

Pero decía, que no olvidare ese nombre, Ixtalyoac, por que cada que alguien diga que México es un país de gente buena, noble, trabajadora e inteligente, me partiré de risa por que no se en que país vivan ustedes, pero aquí afuera del castillo de cristal México en general es todos los días como Ixtlayoac, lo de ayer salio en la tele por su excesiva violencia, por el atípico numero de linchadotes, por que los linchados era policías trabajando y por que las cámaras y los micrófono llegaron a tiempo para captar las imágenes, pero a escala y disfrazadas de otras muchas maneras a diario existen esas escenas viles y bajunas, esas muestras de malabestiez y cobardía, en nuestras casa, en las escuelas, en las calles donde caminamos, y todos somos verdugos o testigos complacientes que es lo mismo o peor.

No podemos ponernos de acuerdo para construir una calle por que sale de jurisdicción, ni votar una ley por que la propuso otro partido, pero cuando se trata de linchar, de lapidar de perseguir física o moralmente, ya con piedras o con juicios de valor, con moralinas a alguien nos unimos como pocos, los patrioteros baratos dicen que las desgracias nos unen y manifiestan nuestro espíritu noble y ponen siempre de ejemplo el sismo de los 80´s, la gente ayudando y escenas lacrimosas similares, se les olvida mencionar que mientras unos ayudaban otros saqueaban cuanto podían por ejemplo. No toleramos al tipo que viste falda, ni perdonamos a la niña que tiene sida, nos odiamos por nuestro credo, por nuestras diferencias étnicas, raciales, por que estudiamos o por que no estudiamos, por que tenemos o no tenemos dinero, por que vivimos en tal o cual lugar, cualquier matiz, por mínimo que sea, nos impulsa a atacar a aquellos que se nos parecen menos. Eso es México señores, eso somos, aunque no nos guste aceptarlo.

HOMERO LARA