De vuelta en casa me doy cuenta que el hielo se a terminado, lo siento jack, estamos solos de nuevo, me sorprendo diciéndole a la botella que acabo de comprar. En la tele están pasando Casablanca, “dont play again sam” le dicen al negro, no te dejes presionar le digo, toca lo que te de la gana, no le hagas mas caso a este esclavista chillón. El foquito de la contestadota parpadea, tengo 3 mensajes, la cena me a caído un poco pesada y estoy en la disyuntiva de ir a la cocina por un vaso limpio o servirme al buen jack en el old fashion que esta junto al sillón, observo lenta, pausadamente mi rostro en el reflejo del vidrio de la ventana, me decido por el viejo y conocido vaso después de preguntar al buen jack y ver que no protesta.
Tic tac, tic tac, insiste el reloj que cuelga en la pared, mañana adornaras la cabeza de esa maldita negra, lo amenazo, pienso en llamar a Martha pero recuerdo que esta con alguien, presiono sin interés el botón azul de la contestadota, “Hola, solo quería decirte que cuentas conmigo y que lo que paso esta perdonado” me expeta una voz conocida, de mujer, bien por ti le digo, luego bip, bip bip, saboreo, o mejor dicho intento saborear mi trago, me desenfundo los zapatos y me decido a ir a la cocina por una vaso limpio, creo que dos días sin cambiarlo es suficiente. Que bien se siente caminar descalzo.
-Maldito bastado mas te vale traer de vuelta las cajas, me grita una voz ronca, pesada, desde la contestadota, tienes hasta las diez de mañana o iré por ti Lamberto, y luego bip, bip,. bip.
¿Cuáles cajas?, me paro en seco, y me percato de la presencia de las cajas en el pasillo, ya lo había olvidado, esto toma tintes cada vez mas densos, ya no me causa ninguna gracia el asunto del mentado Lamberto, oprimo el botón de regreso de la contestadota, solo para cerciorarme, y no, no lo alucine ahí esta el mensaje. Mi primera reacción es desconectar el aparatejo y beber directamente de los labios del buen jack, le doy un largo trago a la botella para serenarme y pensar, vuelvo a mirar por la ventana y ya quedan muy pocas luces bailando por ahí, una prostituta con una diminuta falda roja espera tener suerte recargada en una banca y dos policías pasan haciendo la ronda.
Las cajas, ¿que coño tienen esas cajas?, otro trago al Borbón y estoy listo para bajar a ver de una puñetera ves que tienen las malditas cajas de Lamberto, pero me detiene el sonido del teléfono, regreso a la sala y veo el aparato desconectado, pero aun así lo escucho sonar, recuerdo de pronto la extensión de mi recamara, que absurdo, todo este asunto de verdad me esta trastornando, alargo al mano para coger el teléfono pero dudo un instante, lo descuelgo pero no hablo, espero con el auricular muy apretado para saber que nueva jalada resulta esta vez.
-He....¿Carbón?. estas hi?.. a ver cuando piensas volver al trabajo animal.
Suelto inevitablemente un suspiro es Ramiro.
-La siguiente semana, cabron ¿que hora es esta de llamar?
-Pues tu quedaste de comunicarte, además te deje ya un masaje en tu maquina, Martha me invito a cenar tenemos horas marcándote, pero veo que estabas ocupado, por cierto que bombón salió de tu casa hace un rato e, deberías presentarla me parece mucha pieza para ti, jaja.
Recuerdo que la contestadota marcaba tres mensajes y que la carcajada que escuche en casa de Marta se parecía mucho a la de Ramiro, soy un imbecil, me digo sonriendo.
- No mames, voy llegando güey, ahorita los veo ahí.
Cuelgo sin despedirme y levanto al buen jack del buró para darle un ultimo trago antes de buscar los zapatos, un papel permanece pegado en el rabo de la botella, es una nota
“solo quería saludarte y pasar un buen rato, pero como no estas ya será otro día Lamberto.” Sandra.”
HOMERO
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