Cada que trato de este sensible tema con diferente público llego a tener en muchas ocasiones unos debates bien interesantes, normalmente no le presto mucha atención a aquellos argumentos que vienen de personas que no están muy letradas en el tema, y a riesgo de verme como un pedante Smartass simplemente digo: si no lo has probado ¿quién eres tu para juzgarles?, es mi interpretación de la bíblica frase de “el inocente que arroje la primera piedra” si así lo quieren ver.
Por lo regular etiquetan mis comentarios como los de una persona tonta que hace apología irresponsable a las drogas. Pero nada que ver, al contrario… creo que hay mucha gente que nunca se debería de drogar por ningún motivo. Sé que el abuso de este tipo de sustancias trae estragos sociales complejos, pero… dejemos de ser hipócritas y cuadrados, hay muchas cosas que analizar al respecto.
Como varios de los lectores saben, tengo un pasado junkie, y lo digo sin pelos en la lengua por que afortunadamente ahora estoy más limpio que el maestro limpio (mis únicos vicios ahora son: chocolate del oxxo, correr, música, películas y palomitas caseras). Hace unos instantes platicaba con un buen amigo de estas cosas, caminábamos en la calle riéndonos y quejándonos de cosas como estas:
Con esto no estoy diciendo que se tengan que drogar, tampoco quiere decir que este a favor de la legalización de las drogas o no, como decía mi brother: si mañana legalizan el crack no voy a ir en chinga a consumir por que es legal.
Podemos ver entonces que el verdadero peligro es que la gente que de por si ya esta pendeja se meta mierda al cuerpo (y así potenciar su estupidez), pero si nos queremos poner así de estrictos con esa gente deberíamos de empezar prohibiéndoles alcohol (desde el junior prepotente hasta al ranchero homofóbico)… ah! pero como el chupe es lo normal entonces no hay pedo ¿verdad?, que sociedad de pacatos tan jodida en la que estamos.
Y para seguir con la propaganda a las drogas les dejo este video de una genial película (Trainspotting), de un genial director (Danny Boyle), con un genial actor (Ewan McGregor), con una genial rola (Perfect Day) de un genial canta autor (Lou Reed) en una historia y situación muy trágicas. Justo como son las drogas.
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