Otra bonita historia de espantos que para nuestro deleite psycho viene aderezada con gente lunática en un pueblo piñaton del gabacho ¿Qué puede salir mal? ¡Pues nada! ¿No?, al parecer eso fue lo que pensó el director de esta película ya que aunque en realidad no es mala… si adolece de muchas cosas… para empezar tiene el típico síndrome de “pasan cosas malas por que así es la vida y ya”… o sea que al final te quedaras con la cara de what esperando alguna posible respuesta a tanto desmadre y lo único que recibes a cambio es una escena que da a entender que habrá perpetuidad de bizarres . ¡Bah!
Todo ocurre en un pueblo bicicletero de la costa este del gabacho muy al estilo de pueblo pintoresco de quasi amish, en ese lugar todos son buen pedo, bonachones y dicharacheros (como en todos los pueblos peques del mundo, claro) pero ese pueblo guarda un secreto maldito (uuuuy, Mufaaassaaa); aparentemente ese secreto esta muy relacionado al hecho bizarro de que la población del lugar no ha cambiado por años y siempre ha permanecido igual (aja, 436 pelaos), entonces la oficina de encuestas manda a uno de sus empleaduchos a que vaya a checar que pedo. Para no hacerles el cuento largo les anticipo que (obviamente) el protagonista conoce a una morra que se quiere desayunar, los jefes de la policía local parece que saben más de lo que le han dicho, hay un doctor bien Lorenzo Antonio (sin las vicuñitas) y pues todos los residentes están bien pinches zafados a excepción de uno que otro vivillo que se hace pasar por lucas para que no peligre su vida.
¿Escapara nuestro héroe en forma de empleado burocrático del INEGI yankee?, esa es la única pregunta que nos puede motivar a querer ver el final de la película, y es que desafortunadamente no obtendremos alguna respuesta satisfactoria de por que la gente anda de pedera en ese pueblo “alejado del señor” (digo esto último persignándome con mi rosario en la mano), claro que le tratan de dar un tipo de justificación religiosa/mística/chaira pero suena más a cuento de los testigos de Jehova que a una verdadera historia de thriller. Eso sí, hay que reconocer que el final tiene un toque bastante agradable. ¡Amén!
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