La vida en automático

Recientemente una vieja amiga leyó todos los post de este blog, por lo menos así me lo dijo, no dejo ningún comentario por que es muy decente para expresar sus opiniones en este foro publico y aunque, según me contó, le sacamos una buena carcajada (como si fuéramos sus pinches bufones), se quejo conmigo de que nos quejamos de todo, chale.

Se quejo desde mi recién adquirido uso indiscriminado de la palabra “chale” hasta nuestro pseudintelectualismo cutre, (cutre es una palabra que no conozco pero que se escucha chido) y de nuestro martirizmo nacionalista o alguna pendejada similar, la verdad estaba bastante ebrio y para ser sincero puse el automático a 5 minutos de iniciada la platica y me puse a pensar en otras cosas, solo me limite a verla a los ojos y a afirmar con la cabeza cuando mi instinto me exigía una afirmación y a negar cuando suponía era lo correcto.

El caso es que yo estaba ahí, moviendo la cabeza mientras ella hablaba, y lanzando al aire, esperando tener suerte, un si , un claro que no y un por supuesto, de vez en cuando. Hasta que decidí dejar de pensar en el tema de primera importancia que ocupaba mi cerebro en esos momentos, (no recuerdo si era el conflicto en los Balcanes, como resolver el desempleo, como llegaría vivo a fin de mes o si pensaba simplemente que los gansitos serian mejor si fueran mas grandes ), ella que me conoce rete harto bien por supuesto que se dio cuenta, no dijo nada pero yo que la conozco requete harto bien se que así fue. Lo único que me dijo después, platicando del tema, es que si era conciente de todas las cosas que había dejado de saber o de conocer por ponerme en mi trance voluntario.

Y pensándolo bien tiene razón. Pero el automático No se trata de un déficit de atención estilo Homero Simpson, el automático es un estado voluntario y selectivo que he llegado a dominar con incontables beneficios . Para escapar de una platica tediosa o inoportuna, para concentrarme en situaciones de mucha tensión o mucho ruido, entre una turba de gente o ante un interlocutor necio y aburrido que me atosiga con cuestiones absurdas o de importancia nula para mi o de sobra conocidas por mi como para suponer que todo le mundo debería saberlas ya ; El automático es un instrumento, una herramienta, aplicable por supuesto en situaciones de fuerza mayor cuando estas imposibilitado de largarte de ese lugar, a ser por completo indiferente a la platica o de cortar la conversación de manera educada.

Toma tiempo dominar la técnica de tal manera que puedas mantener una platica coherente cuando vuelas en otra parte o le das forma a una idea o resuelves un problema o planteas por lo menos varias posibles salidas, o si simplemente ejerces tu derecho de mandar al diablo y negarte a escuchar lo que consideras sandeces, pero una vez aprendido se vuelve parte integral de tu ser. Además mantener una platica sobre el clima, sobre la salud de los niños, sobre lo difícil que esta la situación económica o sobre un asunto que dominas etc, es algo sencillo con respuestas y expresiones hechas y rehechas, estandarizadas que no exigen un despliegue neuronal desgastante.

Pero como decía, mi amiga tiene razón, por que lo malo es que el automático se vuelve costumbre, y es cuando pasan esas pequeñas cosas que te hacen cuestionar su eficacia, ejemplos verídicos a montones;

1.-La mas leve quizás, el ver de pronto ante ti un plato con comida que pediste sin recordarlo, cuando tu madre te pregunto mientras leías,
2.- una mujer despreciada en un bar cuando te propuso pasar la noche juntos y a quien mandaste a volar con un “no gracias, me acabo de echar uno” al pensar que te ofrecía un cigarrillo.
3.- escenario, ciudad lejana, 6 horas con un cliente sin un bocado en el estomago, “así quedamos” dice al despedirse, ¿en que quedamos? le pregunto a mi hermano en quien confiaba pusiera atención, respuesta yo tenia el automático ¡¿que no escuchaste tu? , lamento mutuo al unísono CHINGADA MADRE jeje.

Ejemplos que provocan risa algunos, culpa otros, autoflagelaciones los menos. Claro, que también tiene sus partes buenas, sus momentos que lo justifican pero hoy me han hecho pensar en verdad de cuantas cosas buenas me he perdido, cuantas compañías e despreciado, a cuantos amigos he herido quizás y cuantos palabras buenas he dejado de escuchar mas allá de las mentadas o ratos de tedio que me e evitado. Lo he pensado a fondo y creo que me afectaría de no ser por que... ¿de que estábamos hablando?
HOMERO