Te digo ahora que ya nada importa
Te aprecio solo como se aprecia un tesoro perdido
Con la esperanza de recuperarlo algún día
Reencuentro mi rostro en aquel espejismo de los años
De ensueños e ilusiones antiguas
Que se carcomen y se llenan de humedad,
Dificultando cada vez más la vista.
El hechizo de la luna abandona este lugar,
Aquella hermosa visión de plata y cristales
Se ha derrumbado y lentamente, amenazadoramente
Las sombras lo envuelven todo y la soledad que acompaña
A la muerte con su poder sobre la vida, destruye a su paso
La esperanza y la fé.
Un canto de anhelos rotos, elevado hacia el cielo, implorando
Por el regreso de la luz prístina de los años pasados,
Invocando a los seres del albor, sollozando y sonriendo.
Sin lagrimas que llorar, pues llorar más ya no se puede,
Sin desgarrarse las vestiduras, pues la desnudez
Está en el corazón, que quedó al descubierto, engañado, violentado
y con miles de punzantes espinas ha quedado atravesado.
Penas de mis días sin retorno de
Algún sol desconocido.
Donde estás rayo de luna, quien alumbrará mi camino,
Que lejanas promesas que quedaron en el tiempo
Y que sin tiempo se irán poco a poco olvidando.
Largo camino sin duda, muchas leguas por andar
Entre la luz y la sombra eterna búsqueda, entre el odiar y el amar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario