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23.8.06

VAMPIRE BOYS


CAPITULO 1

-MATANDO CLASES

-¡Te digo que son los mismos símbolos y dibujos!- la voz de Daniel, el chico delgado y blanco de cabello negro, era enérgica y manoteaba a fin de reafirmar su postura, miraba de frente a Roberto, un chico mas bajo de estatura que él, de piel mas morena y de mirada perdida, sus rasgos casi no se inmutaban y casi esbozaba una sonrisilla burlona, atrás de ellos un tercer muchacho, igual de delgado, blanco y de facciones afiladas, rió divertido mientras prendía un cigarrillo estilo americano que habían comprado en el centro de la ciudad, el humo se elevaba desde sus labios rosados mientras que miraba deleitado aquel debate.
Ambos chicos lo miraron sorprendidos.


-Y tu ¿que piensas Saúl?- le pregunto Roberto. Saúl, los miro a ambos y se puso serio aunque nervioso, -Pienso que es mucha coincidencia que el diario de una persona común, escrito apenas hace 10 años, tenga que ver con un libro que fue escrito hace 200 años, no es posible Roberto, pero...- Saúl guardo silencio, Daniel hizo un gesto de duda y finalmente dijo –pero…¿Que?–, Saúl observó ambos libros, uno era un pequeño cuaderno sin espiral de tapas azules, lisas manchadas y muy maltratadas por el uso, pero nada fuera de lo habitual, cualquiera lo compraría en una tienda común, había sido de un tío de Daniel, Don Alejandro Díaz, el cual había vivido en una vieja casona hasta el momento en que decidió quitarse la vida.

Saúl vio el libro que Roberto tenia en sus manos, este era grande y pesado, sus tapas eran negras, estaba escrito en un español viejo y muy correcto, el libro lo habían robado entre los tres, mediante un engaño muy astuto a un anciano vendedor de “libros de viejo” en “Mesones”, la calle principal en venta de libros viejos o de segunda mano, en el centro la ciudad de México, aquél anciano, no quería deshacerse de el bajo ningún precio y se los había mostrado a los muchachos solo una vez; ocasión que bastó para que ellos urdieran un plan para robarlo.

Roberto era el encargado de salvaguardar dicho tesoro, puesto que él bien podría guardarlo en su habitación, pues muy pocas veces le interrogaban sobre sus movimientos en casa, dicho libro estaba relacionado con un tema especifico que los atraía a los tres: el vampirismo.


Saúl se negaba a creer que hubiera relación entre el diario y el libro viejo, hasta que dando una hojeada a ambos se detuvo de golpe en una página donde el dibujo entre ambos no era solo similar, sino idéntico. Se trataba de un símbolo que a primera vista parecía un escudo de armas, el cual aunque sencillo no dejaba lugar a dudas de que era muy viejo, este consistía en un par de elementos figurativos, el primero era un circulo lleno de líneas y curvas concéntricas, el segundo elemento consistía en unos garabatos que insinuaban ser alas de fuego debajo de ellas había una leyenda “BORIS ETERNUM” y lo mismo pasaba con otros símbolos que coincidían en ambos libros.

Desde que Daniel les había enseñado el diario, cerca de dos semanas antes discutían la posibilidad de qué en la vieja casa del Tío Alejandro hubiera un tesoro perteneciente a un antiguo vampiro escandinavo, por no dejar de pensar que el mismo vampiro estuviera enterrado ahí, y que el tío había descubierto dicho tesoro, por eso conocía los símbolos.

–Saúl, ¿ahora te convences que debe de haber alguna relación entre estos dos símbolos?- replico Daniel regresándolo a la realidad, Saúl sonrió torpemente –Yo creo que no tiene importancia, es solo ese estúpido sueño que les había dicho- Roberto sonrió sarcásticamente pensaba que Saúl tenia miedo, recién la noche que Daniel les había mostrado el diario Saúl había empezado a tener sueños donde ellos tres eran asesinados por alguien.

Daniel lo miro enojado – No tiene lógica que nosotros tres...- la voz de Saúl lo corto bruscamente - ¡Cuatro!- Roberto quedó sorprendido -¿Que?- Saúl los miro fastidiado –¿Que no éramos solo nosotros tres?-, Saúl continuó -había alguien mas pero no recuerdo quien era, solo recuerdo las sangre y los cuerpos tirados mutilaciones horribles y muerte, lo mas aterrador sobre ello y que en verdad me sacó de onda, fue la silueta de un hombre enorme y musculoso…- Roberto le interrumpió haciéndole un gesto a Daniel –Esteroides, je je je- y ambos rieron, Saúl visiblemente molesto, no dijo nada mas.

Guardaron el libro y el diario en sus mochilas y se levantaron de donde estaban sentados, ya tenían rato de haberse salido de la clase de biología, los tres jóvenes estudiaban la preparatoria, y acostumbraban esconderse tras un pequeño montículo de tierra cercado por árboles y maleza muy cercano a las canchas de voleibol, los chicos sabían como muchos de sus compañeros que los maestros casi no merodeaban por ahí y normalmente aprovechaban para ir a fumar, matar las clases, estar besuqueándose con las “girls” o simplemente pasar el rato con los amigos.

Hacia ya rato que habían cambiado de clase y ellos seguían afuera, apuraron cada uno sus cigarros hasta consumirlos por completo y mediante una técnica al unísono tiraron las colillas con un chasquido con los dedos medio y el pulgar, detalle que les parecía les daba un aire de “interesantes".

Ya sin evidencia incriminatoria, caminaban rumbo al edificio principal pues su salón quedaba detrás de este.
Sin saber porque, Daniel fue detenido por Saúl, este le señalo a Roberto con la mirada y ambos sonrieron maliciosamente, Roberto miraba hacia las canchas de voleibol donde en ese momento otra clase tomaba Educación física, concretamente voleibol, los dos sabían a quien estaba mirando.


Ella era, realmente muy linda, no muy alta, delgada y blanca, su cuerpo ya tenia la silueta de una mujer, vestía short azul con franjas rojas y una playera blanca, las calcetas le llegaban unos cinco dedos debajo de la rodilla, sus cabellos castaños estaban pulcramente peinados en trenzas que le llegaban a los hombros y se movían, cadenciosamente junto con sus senos redondos y firmes, cada vez que ella le pegaba a la pelota, la chica se percato de los tres chicos y los saludo vivamente, sus ojos color miel eran preciosos, era lo que mas le gustaba a Roberto de ella.

Saúl rió cuando vio que Roberto sufría un cambio de coloración morena a una totalmente roja, los tres levantaron las manos y le devolvieron el saludo -¡Hola Ale!- grito Saúl, mientras le daba un indiscreto codazo a Roberto, ya deja de alucinar “Betini”- no era secreto que Alejandra le fascinaba a Roberto,- deja de perrear… “arroz”- le susurro Saúl al oído, Roberto solo se limitó y manifestar su desagrado con una mueca.


CONTINUARÁ

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Saul sonrió torpemente" chales...
no te dejes ñoñito....!

Venga venga el cap. 2!!!

Unknown dijo...

ay, aquellos viejos tiempos... lo que viene se pone mas jarcor...