Las pasadas fiestas navideñas me obligaron ha hacer una de las cosas que mas detesto en la vida, visitar lugares infestados de gente. Todo el año me toca hacer las compras sin problemas pero en esta época en particular los supermercados me ponen de genio, nunca falta la señora que va pajareando y te echa el carrito encima, o el niño castroso que usa el carrito como bólido y te roba lugar para usar el tuyo de la misma manera, o el imbecil que no contento con ganarte el estacionamiento te quiere ganar el lugar en la fila de caja. Cuando voy de compras salgo en media hora máximo, ya llevo mi lista preparada y no me detengo a bobear, pero no en navidad, es imposible, te lo impide un embotellamiento humano de dimensiones catastróficas para mi muy finita paciencia. Entiendo que los centros comerciales, las tiendas de ropa, chucherias y demás se llenen por las compras de regalos, las ofertas y cosas así, pero ¿un inche supermercado? Que solo come la gente en esta época del año?
Lo peor de todo no es la saturación humana, si no su modus operandi, las cosas que son capaces de hacer por largarse de ahí cuanto antes, fastidiados tanto como yo supongo. El caso es que unos días antes de navidad ahí me tienen , comprando las cosas para la cena, el bacalao me dolía nomás de ver el precio mas del doble de lo que cuesta el resto del año y los pavos bien chiquitos 7 kilos máximo, tuve que recorrer tres aurreras, dos comerciales mexicanas, Soriana, walmart, gigante y sams para encontrar el pavo perfecto, el que le daría de cenar la noche del 24. a todos las visitas familiares, harto ya de todo el ajetreo decidí comprar dos inches pavos que parecían pollos sabiendo que en casa me la mentarían por ello, pero que mas daba, era eso o largarme al campo, secuestrar un guajolote y ajusticiarlo estilo judicial , ya no buscaría mas.
Resignado ya, entre al que había decidido seria el ultimo supermercado que visitaría, agarre un carrito y me fui escoger la verdura, hay me tiene escogiendo el jitomate y la cebolla, etc. Gente amontonada como si la estuvieran regalando, me fui por otras cosas que tenia en la lista y madres, en un descuido, mi carrito con verdura incluida habían desaparecido. Ni un ovni ni David coperfield, ni ningún expresidente pudieron hacerlo tan rápido, en serio, busque con la mirada, recorrí otros pasillos dispuesto a arrancarle la cabeza o por lo menos preguntarle en que cantina había estudiado al ganadalla que no solo me robo el carrito si no que me obligaba a volver a perder otros 15 minutos escociendo verdura el conchudo o conchuda, pero ni rastro de mis jitomates, ni del carrito, ni de nada, se los trago la tierra, espero que muy profundo y boca abajo.
Entre encabronado e incrédulo con la situación absurda del robo de carritos y preguntándome si estos robos entrarían en las estadísticas oficiales, volví a la entrada por otro, no sin antes buscar con la mirada algún modulo de seguros expres para mantener a salvo mi unidad, pero me tuve que conformar con asirlo fuertemente. De nuevo a escoger verduras. Listas y momentáneamente a salvo las bolsas, camine con mirada hostil por los pasillos, tratando de disuadir a todo el que quisiera acercarse, recogiendo lo que necesitaba hasta llegar al bacalao, después a escoger mis dos pavos y ¡en eso lo vi!, un bulto enorme y pesado, un pavote, nunca me sentí tan feliz de ver un plumífero desplumado, y no lo van a creer, se me adelanto una señora y lo subió a su carrito. Estuve a punto de aplicarle una llave china y dejarla inconsciente un rato, el tiempo suficiente para sustraer el codiciado guajolote y salir huyendo, pero me percate de que la doña no traía jitomates ni otra cosa que me hiciera sospechar que ella había sido también la ladrona de mi carrito y además ella lo agarro primero.
Derrotado, cabizbajo y meditabundo me quede ahí unos segundos viendo como se alejaba mi pavo y sentí toda la soledad de los supermercados, esa que sientes cuando buscas algo y ningún inche dependiente sabe donde coño esta aunque ese sea su trabajo. Me acerque a los pavos y puras codornices sobredesarrolladas de 7 o 7.5 kilos, pero no, ¡que veían mis ojos, bajo todos ellos, si, leía bien, un hermosos parson de 14.7 kilos!, no podía creerlo y a dos segundos estuve de revolcarme en la bandeja de los pavos de pura felicidad. Lo carge paternalmente, delicadamente y lo subí a mi carrito.
Me dirigía a la caja que estaba hasta la madre y sonó mi celular, era una prima que llego de Gdl y al saber que estaba ahí me pidió de favor comprarle unas cosas que necesitaba, entre ellas unas toallas sanitarias, total , nada me costaba. después de buscar por algunos pasillos la sección de perfumería sin éxito, le pregunto a un tipo con uniforme de la tienda que donde están las toallas sanitarias. Y el tipo se me queda viendo así, todo extrañado, las..., las servilletas están en el pasillo 8. -No quiero servilletas, busco toallas sanitarias. -Y el tipo con cara de imbecil “las toallas de cocina están en el pasillo 9”, -No, toallas sanitarias, que no tienes hermanas, o vieja o algo, chingao. –Esque ¿toallas sanitarias?, -si, son para el pavo que ya es señorita baboso y además están bien bonitas. Y lo deje ahí con cara de imbecil aun mirándome incrédulo como si fuera tan extraño.
Encontradas las toallas y dos choques de carrito después llegue a la caja, 20 minutos mas haciendo cola para pagar y aun así tiene la cara dura de encuestarte a la salida peguntando que te pareció el servicio, “de la chingada” pensé, “muy lento e ineficiente ” les dije largándome y pensando seriamente en conseguirme un guajolote vivo y engordarlo para no volver el diciembre próximo. ¿alguien tiene idea de cómo criarlos?.
PD. Por cierto, neta el empaque de las nuevas kotex están bien bonito.
HOMERO
Lo peor de todo no es la saturación humana, si no su modus operandi, las cosas que son capaces de hacer por largarse de ahí cuanto antes, fastidiados tanto como yo supongo. El caso es que unos días antes de navidad ahí me tienen , comprando las cosas para la cena, el bacalao me dolía nomás de ver el precio mas del doble de lo que cuesta el resto del año y los pavos bien chiquitos 7 kilos máximo, tuve que recorrer tres aurreras, dos comerciales mexicanas, Soriana, walmart, gigante y sams para encontrar el pavo perfecto, el que le daría de cenar la noche del 24. a todos las visitas familiares, harto ya de todo el ajetreo decidí comprar dos inches pavos que parecían pollos sabiendo que en casa me la mentarían por ello, pero que mas daba, era eso o largarme al campo, secuestrar un guajolote y ajusticiarlo estilo judicial , ya no buscaría mas.
Resignado ya, entre al que había decidido seria el ultimo supermercado que visitaría, agarre un carrito y me fui escoger la verdura, hay me tiene escogiendo el jitomate y la cebolla, etc. Gente amontonada como si la estuvieran regalando, me fui por otras cosas que tenia en la lista y madres, en un descuido, mi carrito con verdura incluida habían desaparecido. Ni un ovni ni David coperfield, ni ningún expresidente pudieron hacerlo tan rápido, en serio, busque con la mirada, recorrí otros pasillos dispuesto a arrancarle la cabeza o por lo menos preguntarle en que cantina había estudiado al ganadalla que no solo me robo el carrito si no que me obligaba a volver a perder otros 15 minutos escociendo verdura el conchudo o conchuda, pero ni rastro de mis jitomates, ni del carrito, ni de nada, se los trago la tierra, espero que muy profundo y boca abajo.
Entre encabronado e incrédulo con la situación absurda del robo de carritos y preguntándome si estos robos entrarían en las estadísticas oficiales, volví a la entrada por otro, no sin antes buscar con la mirada algún modulo de seguros expres para mantener a salvo mi unidad, pero me tuve que conformar con asirlo fuertemente. De nuevo a escoger verduras. Listas y momentáneamente a salvo las bolsas, camine con mirada hostil por los pasillos, tratando de disuadir a todo el que quisiera acercarse, recogiendo lo que necesitaba hasta llegar al bacalao, después a escoger mis dos pavos y ¡en eso lo vi!, un bulto enorme y pesado, un pavote, nunca me sentí tan feliz de ver un plumífero desplumado, y no lo van a creer, se me adelanto una señora y lo subió a su carrito. Estuve a punto de aplicarle una llave china y dejarla inconsciente un rato, el tiempo suficiente para sustraer el codiciado guajolote y salir huyendo, pero me percate de que la doña no traía jitomates ni otra cosa que me hiciera sospechar que ella había sido también la ladrona de mi carrito y además ella lo agarro primero.
Derrotado, cabizbajo y meditabundo me quede ahí unos segundos viendo como se alejaba mi pavo y sentí toda la soledad de los supermercados, esa que sientes cuando buscas algo y ningún inche dependiente sabe donde coño esta aunque ese sea su trabajo. Me acerque a los pavos y puras codornices sobredesarrolladas de 7 o 7.5 kilos, pero no, ¡que veían mis ojos, bajo todos ellos, si, leía bien, un hermosos parson de 14.7 kilos!, no podía creerlo y a dos segundos estuve de revolcarme en la bandeja de los pavos de pura felicidad. Lo carge paternalmente, delicadamente y lo subí a mi carrito.
Me dirigía a la caja que estaba hasta la madre y sonó mi celular, era una prima que llego de Gdl y al saber que estaba ahí me pidió de favor comprarle unas cosas que necesitaba, entre ellas unas toallas sanitarias, total , nada me costaba. después de buscar por algunos pasillos la sección de perfumería sin éxito, le pregunto a un tipo con uniforme de la tienda que donde están las toallas sanitarias. Y el tipo se me queda viendo así, todo extrañado, las..., las servilletas están en el pasillo 8. -No quiero servilletas, busco toallas sanitarias. -Y el tipo con cara de imbecil “las toallas de cocina están en el pasillo 9”, -No, toallas sanitarias, que no tienes hermanas, o vieja o algo, chingao. –Esque ¿toallas sanitarias?, -si, son para el pavo que ya es señorita baboso y además están bien bonitas. Y lo deje ahí con cara de imbecil aun mirándome incrédulo como si fuera tan extraño.
Encontradas las toallas y dos choques de carrito después llegue a la caja, 20 minutos mas haciendo cola para pagar y aun así tiene la cara dura de encuestarte a la salida peguntando que te pareció el servicio, “de la chingada” pensé, “muy lento e ineficiente ” les dije largándome y pensando seriamente en conseguirme un guajolote vivo y engordarlo para no volver el diciembre próximo. ¿alguien tiene idea de cómo criarlos?.
PD. Por cierto, neta el empaque de las nuevas kotex están bien bonito.
HOMERO
7 comentarios:
che homero enfermo.
aprende a disfrutar la smaravillas de la burocracia supermercadil.
jajajaja che Homeroooo jaja no se si yo no habia venido o tu no habias escrito...
es lo bueno de ser judia en estas epocas...no tenemos q correr por los supermercados y los centros comerciales... jejej mantenemos el equilibrio!! jajjaja
besos!!!
ahh pero si celebre la navida con mi chico este año, por primera vez!
moraleja: intenta comprar todo una semana antes, si no lo haces porque crees que no cabe el pavo en el congelador, ps prueba con una hielera o la camara criogénica donde guardas los cerebros de paco stanley y octavio paz, después de todo el manjar del pavo lo vale...
yo odio el pavo y a los judios.
saludos don homero.
jaja ya te imagino ahi preguntando por las toallas, para tomarte una foto. Feliz año a todos.
bueno Don Homero para criar al pavo tienes que saber el dia exacto en que nacio por si no lo sabias los pavos se deben de comer de un año por que si se matan despues de un año de cumplido la carne es muy dura y pierde sabor; por lo tanto creo que ya no alcansaste a criarlo pero no te pures navidades hay todos los años y si no es para esta que biene puede ser para la otra y que no se olvide la fecha de su nacimiento por que el dia de su cumpleaños le tienes que dar cran jejejejejejejeje
SALUDOS DON HOMERO Y MUCHOS BESOS
..JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA -las kotex..- JAJAJAJAJAJAJ
..Remedios.
pd.no sea tan renegon..
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