La guerra que jamas ganamos

143 años de festejar la mediocridad y el conformismo se cumplen mañana. 143 años que mas que marcar reflejan fielmente lo que los mexicanos somos, no por que la batalla fuera mediocre o conformista, pero el festejarla de la manera en que se suele hacer, convierte el acto y nos convierte a nosotros en eso. Y lo festejamos como nuestra mas grande hazaña, como la demostración heroica de nuestra aguerrida naturaleza. Banderitas, aleluyas, entonaciones lacrimosas del himno, actos solemnes encabezados por los gobernantes, con los pechos henchidos de furor nacionalista surgen sin justificación cada año el 5 de mayo.

Una puta batalla que duro cuatro horas, una puta batalla que mando un general francés imbecil y al que el viento y la lluvia, además de lo trancazos claro esta, obligo a su retirada. Pero todo eso lo omiten los libros de texto, los que nos meten desde primaria, los que nos enseñan como les partimos la cara a los franchutes invasores. Eso, como yo lo veo, tiene mucho dolo, nos crea una visión errónea, una apreciación equivocada de lo que somos, de lo que hemos hecho. Una cosa es que la emoción de la batalla le diera a unos cuantos un sentido mas claro de pertenecía a la nación, solo en eso radica su importancia, pero otra muy diferente es que nos vendan el cuento de que apaleamos a las tropas napoleónicas. Es como los padres que ven el horrendo dibujo de su hijo y le dicen “que bonito te quedo”

No digo que no existieran actos heroicos aquel día, lo que discuto es la valorización desproporcionada del acontecimiento, por que, trillado si pero también cierto, ganar una batalla casi nunca significa ganar una guerra. Casi un año después, sin ir mas lejos, Puebla caía a manos del mariscal Forey, y la cosa no paro ahí, nos siguieron dando hasta que quisieron, o hasta que Napoleón III lo quiso mejor dicho y retiro sus tropas de México en 1866 dejando colgado al pobre Maximiliano para que le sacáramos los ojos.

Lo que vino después, el descubrimiento de su vocación de vende patrias por parte de Juárez verbigracia, y las “valientes luchas” entre imperialistas y liberales no fueron guerra contra enemigos extranjeros, toda esa sangre corrió como corre siempre, aun ahora, en este país, haciendo lo mejor que sabemos hacer los mexicanos, patiando y escupiendo al hermano, matándonos entre nosotros.

HOMERO