Nunca fui de los que en ignífero ritual de separación quemaban cartas de amores pasados, siempre me pareció, aun siendo mas joven con todo el mundo por descubrir y creyendo en el amor, harto cursi el acto de sentarte a rumiar tus desamores y ver arder las palabras, las fotos de alguien que se va. Nunca me gusto pero entiendo perfectamente que alguien sienta alivio en el humo liberador, combustible de promesas rotas , tequieros con caducidad, mentiras u olvidos pasados. Nunca me gusto, repito, y sin embargo al pasar de los años lamento, por mi y por todos los demás, ya no tener la posibilidad, antes siempre presente, de poder hacerlo llegado el momento, la situación o la necesidad.
Y es que las cartas ya no existen, se fini, cosumatum est, adiós Nicanor for ever. Ahora todo son mensajes de texto, correos electrónicos, con sus ventajas por supuesto, rapidez ante todo en este mundo donde todos tenemos prisa de llegar aunque no sepamos a donde, pero se le quita la emoción, la expresión de sorpresa al oír al cartero, el tener entre las manos noticias de personas queridas, o no se acuerdan ustedes ¿qué sintieron al recibir su primera carta? No amorosa necesariamente, pero una carta no para la familia, no un aviso, una carta para ustedes solos. O los juegos, los rituales que las cartas permitían ¿nunca se enviaron a ustedes mismos una carta estando de viaje para recibirla al llegar? “soy tu otro yo desde el pasado...” jaja ¿o era yo el único loco?.
Los mail y los mensajes podrán contener palababras por igual melíferas pero la esencia epistolar amorosa esta perdida, enamorados virtuales que no se toman la molestia de buscar una cita, un fragmento de poema y fusilárselo o de plano de mentarle a la otra parte sus muertos mas frescos, con faltas de ortografía y todo, o de cometer actos cursis como perfumar un papel.
Y el dilema ante la perdida, ante la separación, la despedida, solo queda ahora aguantarse como los machos o las machas o bien quemar el disco duro y el celular con todo y microchip por que borrar los mensajes apretando una tecla no satisface el acto sádico, venganza simbólica y desesperada del enamorado. Quedan traumatizados mas allá de la vista, los demás sentidos al verse privados de la sensación de tocar, oír y oler el papel que arde para saborear el olvido.
Con las cartas muchas canciones han quedado obsoletas; “estuve leyendo tus viejas cartas...””cuando recibas esta carta sin razón Eufemia...” Habrá que adaptarlas a la época actual. Mi abrecartas de plata, mi sello de lacre jeje, todo descansara pronto en un museo.
Que quieren así lo pone la edad a uno, el miércoles pase ya el cuarto de siglo, se preocupa y extraña cosas que nunca vio o que nunca hizo, por eso yo guardo todas, casi todas las cartas que eh recibido, aunque nunca las lea mas, para recordar a que huele el papel cuando ya no exista o para venderlo si esto se pone algún día como “güater güorld”. Para poner el ejemplo ahora mismo empiezo a escribirles cartas a mis seres queridos ¿o me saldrá mas barato un mensaje?¿alguien sabe cuanto cuestan los timbres? Espero información.
1 comentario:
Ahh el papel tiene un valor incalculable, la letra de las personas dicen tantas cosas, sin embargo un Times New Roman o una Arial no te dicen ni madres...
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