Días extraños, gente extraña

Siete personas por las que valió la pena mi viaje a Inglaterra...

Hiro, un japonés metrosexual, presentación impecable, uñas largas y manicuradas, loción de 135 libras, y fanático del fútbol, sabe mas de la selección mexicana que yo, sabe decir leperadas en español, conoce a Picachu, Blanka, Ryu, Mazinger y se sabe la biografía de Jorge Campos.

Señorita Lee, coreanita guapetona fanática del electrokitsh, tiene su propia empresa, le gusta el vino chileno, y como la mayoría de los orientales, sólo necesita un par de copas para transformarse.

Natasha, rusa cuarentona, ortodoxa y fanática de Queen, broken english, marido finlandés, y un hijo patineto nacido bajo el régimen Perestroika.

Janet, británica ex maestra de idiomas que radico en México por algún tiempo, muere por las quesadillas y los frijoles charros, compró una maquinita tipo quesadilla-maker, pero dice que no le sabe igual. Por un momento pensé que estaba platicando con Elizabeth Hurley

Rob, nacido en Londres radica actualmente en pueblo cerca de Shangai, le fue difícil dejar el Reino Unido, pero al final se encontró al amor de su vida en un bosque de la China.

Ab, iraní pijo con gusto por la buena vida, cualquiera que lo viera diría que es un business man exitoso, y lo es. Su delirio, las mujeres, su país Irán, afectado históricamente por culpa del petróleo y la religión, su tarjeta, American Express.

Sophie, niña bien originaria de Sussex, sufre porque su marido es vegetariano, y ella es más que carnívora. Piensa comprar otro refri para ella solita. No tiene idea de cómo pueda ser México, sólo sabe que hay pirámides y mucha gente, sueña con ir a Chiapas. Por un momento pensé que estaba platicando con Heather Graham.

Londres es una ciudad con alrededor de 8 millones de habitantes, de los cuales 3.5 son de origen inmigrante, o sea, no anglos. Es chistoso ver a todo tipo de gente trepada en el metro, yayos elegantes y en ocasiones sentir que estás en el trasporte público de Tokio. Ver desde el clásico kalash en los tickets, hasta una chavita guaperrima del departamento de limpia recogiendo papelitos.

Caminando por Earl´s Court, me di cuenta de que alguien hablaba español, y mas bien español de México, no me quedé con las ganas y voltee, un restaurante que tenía contratados a un par de compas mexicas, al sacar la plática me di cuenta que eran ilegales, les pedí chamba y me dijeron, “pásale wey!”. Supongo que ya no me llama la atención andar de ilegal como antes.

Lo mas freak que me toco ver, fue sin duda a una señora de unos 40 años, elegantísima y guapísima, leyendo la revista Bizarre en un parque, para que se den una idea, visiten el sitio: www.bizarremag.com