En mi pasada visita a la gran tenochtitlan tuve la grandiosa oportunidad de asistir a una fiesta de niños, pero no cualquier fiesta de niños, sino de esas del tipo new age, nada de mamadas old school.
Llegamos al salón y de entrada lo que me dejo muy impresionado fueron los inmensos dibujotes en las paredes, representando a capitanes garfios, como a Winnie Poohs por igual, varios de ellos estaban bien hechos, pero habia otros que de plano parecian fenomenos freaks de feria de pueblo. Unos pitufos estaban tan bizarros que por un momento pense que tenian las malformaciones físicas debido a que posiblemente habia explotado la pitufi-planta de pitufi-energia pitufi-nuclear (un pitufi-Chernobyl pues), es obvio que la mayor parte de esas réplicas de dibujos violan todo derecho de autor, aunque facilmente se podrían safar del pedo al decir que en realidad los personajes son: Rickey Mouse, y el Pato Ronald (por ejemplo).
Ya estando en la fiesta, me toco sentarme exactamente junto a uno de esos armazones de madera que tienen como varios mini-pushing bags, y en varias ocasiones me toco recibir de rebote los costalazos de todos los niños con complejo de Karate Kid (o ¿qué es lo que esta de moda ahora?), pero bah, la neta ni me malviaje. Y es que estaba muerto de la risa viendo a un niño intentar levantarse en varias ocasiones del brincolin, pero como sus compinches (notablemente mas grandes) se la pasaban salte y salte, el niño rebotaba a gatas (imaginense al profesor Boligoma en una de sus peores pedas) hasta que logro aferrarse a la red de la orilla y llorando grito: mamaaaaaaaaaa.
Lo que sí fue un malviaje fue que en un momento una tía mia me pidio ayuda para bajar de la camioneta unas cosas, y ahi voy de wey pues, a bajar una cazuelota con mole, y la pinche cuchara se me cae al pantalón... ya se imaginaran el resultado; Desfilé el resto de la party como el típico borracho dominguero de puesto callejero de birria.
Lo más sufrible de toda la tarde fue que, como la festejada en cuestión era super-mega-fan-from-hell-almost-groopie de Tatiana... todo fue tematico de Tatiana. Y la neta cero pedos con eso, pero me tuve que mamar 3 horas non-stop de esta mina, y era el mismo puto CD!!!, no mamar!, 3 horas escuchando las mismas melodias... lo sufri cañon. Cuando cambiaron la musica pusieron unas rolas de Barney, y la neta nunca estuve tan feliz de escuchar al dinosaurio mariquetas, ¡hasta me dieron ganas de salir a tatuarme un Barney en la espalda!, con eso les digo todo. Y ya ni les digo como me sentí cuando pusieron las de Cri-Cri, me sentía como escuchando a Bauhaus, me cae.
Pero no todo es malo, lo mejor de todo fueron los juegos que las animadoras hicieron con los nenes. El que mas me causo risa fue uno donde compiten dos equipos; los niños estan enumerados, y alguién dice un número, entonces el niño de dicho número le da la vuelta a su equipo, pasa por debajo de sus compañeros y agarra un pompon, entonces gana. Observen este pequeño diagrama para ejemplificar:
ya se, esta bien piñata, pero dejen les explico maomenos, son 5 morros en cada equipo, entonces el de rojo y el de verde son los niños "número 3" por lo cual tienen que correr como pitufos maquineros con travón de coca al rededor y luego llegar al pompon (en morado). Bueno, así se supone que tiene que ser la dinámica, sin embargo la mayor parte de las veces sucedia esto:
A los morros les valia madre las reglas, en cuanto escuchaban cualquier número salian disparados en todas direcciones, Parecian Gremlins tepetongueando (tepetongo=parque acuático vintage).
Y los dones del salon de fiestas la neta le saben muy bien a su negocio, por que el mayor atractivo para los niños son las animadoras, una especie de paquitas de Xuxa (o las "teveitas" del programa TVO), las chavas altas como de 16 años, y muy hábiles en los patines, se reventaron todas las coreografías de "Patito feo". Algo muy desagradable al respecto fue escuchar a un padre de familia decirle a otro: "pero si el regalo no es nada mas para los niños" (refiriendose a las paquitas), y yo me quede todo indignado viendo a este par de nacasos, estaban coquetas las niñas, ¡pero que no mamen!, podrían ser sus hijas. (Ademas que los weyes estaban bien pinches feos. Si las nenas eran patito feo, estos eran los Guajolotes mutantes).
Si usted quiere vivir tan peculiar aventura, lo único que tiene que hacer es conseguirse un costal de pollitos, soltarlos en su patio con música ambiental de Tatiana, y simplemente observar como cagan por todos lados y se picotean unos a los otros.
Acido ...pinpon es un muñeco, un muñeco muy cabron.